Esta semana falleció el Pastor Rafael, su legado lo deja en la ciudad de Tunja, Colombia. La iglesia Cristiana Jesús Dios de las Naciones congregaciòn de amor. Tuve la oportunidad de conocer al Pastor, recibir sus consejos y escuchar sus predicas.
“ Dios demanda de nosotros el ser radicales” decía el Pastor Rafael, siempre con bendiciones de paz y gozo. Edificar el espíritu, su legado. La verdad nos hace libres, la luz de sus ojos siempre proyecto liderazgo, fe y fuerza.
Su esposa la pastora Gerthy Hernandez ahora continúa con la misión de transformar corazones, el Pastor Rafael siempre se preocupó por los más vulnerables, las enseñanzas de Cristo y la alabanza son la mejor medicina para el alma.

En tiempos de tinieblas, guerras, injusticias y pobreza espiritual, la iglesia Jesús Dios de las Naciones es un foco de luz para el mundo. Gracias Pastor Rafael por ser promotor de fe y ser un defensor de la verdad en Dios.
Mi Señor y mi Dios, muchísimas gracias por todas las personas con las que he podido compartir tu amor y tu Palabra. Gracias por aquellos que he podido discipular y ayudar en su andar contigo. Gracias por permitirme ser portador de tus palabras y de tu presencia. ¡Qué bendición más grande ver el crecimiento espiritual de los que han decidido seguirte y servirte!
Señor, te agradezco por la vida de obediencia de mis hermanos en la fe. Te ruego que les ayudes a permanecer firmes en ti en medio de las dificultades. Protégelos y guárdalos de todo mal.
Padre, somos tus hijos y no pertenecemos a este mundo. Tú nos envías a testificar a este mundo, pero no pertenecemos a él sino a ti. Ayúdanos a mantener nuestra vista puesta en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Ayúdanos a vivir siempre en santidad y a aferrarnos a tu verdad para que no nos dejemos engañar por las artimañas del enemigo.
Queremos seguir el ejemplo de Jesús cada día y vivir firmes en ti, conforme a tu voluntad. Ayúdanos a perseverar en tus caminos, a ser tus testigos fieles y a vivir siempre en santidad para tu gloria y tu honra. En el nombre de Jesús, amén.
A los que me diste del mundo les he revelado quién eres. Eran tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos. Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti.
Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros. Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.

Ahora vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, para que tengan mi alegría en plenitud. Yo les he entregado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
(Juan 17: 6-19)