“Nos están devolviendo un pasado de violencia al que no queremos volver, viví en carne propia el dolor de la guerra y no estamos dispuestos a que otros la vivan. Un país sin violencia es mi propósito de vida” Miguel Uribe Turbay.
Víctima de violencia en los 90, cuando el sicariato, las bombas y los atentados eran el día a día en Colombia. Con apenas (4) cuatro años de edad cuando su madre fue asesinada vilmente por el narcotráfico, recibió todo el amor y apoyo de su padre y hermana, convirtiéndose en abogado con ganas luchar por un cambio en el país, con una trayectoria política corta, pero contundente; se puede decir que por esta clase de luchas que el pre-candidato lideraba: como la seguridad del país, igualdad de condiciones laborales para los colombianos, enfrentar públicamente al gobierno actual, acabar con el fanatismo ambiental y su lema de la seguridad democrática.

Estos serían los temas que trató en el último debate “de los presidenciales” al que asistió días antes del atentado.
Han sido días donde su estado de salud ha sido crítico con un pronóstico reservado. Pero nada justifica que la vida de Miguel Uribe Turbay esté dependiendo de ideales políticos, pensar diferente o buscar el camino a la presidencia 2026.
Muchas preguntas quedan sueltas, por ejemplo, ¿Qué tenemos como sociedad, para que un menor de edad sea el que haya disparado? ¿A que están expuestos los menores a cambio de dinero? ¿Importa más el dinero, que la vida? ¿De dónde sacó el arma este joven? Y son más las preguntas que han pasado por mi mente los últimos días, intentando entender el contexto que está viviendo Colombia; Sin dejar de lado que el menor de edad quien cometió el atentado es una víctima utilizada como instrumento por criminales, de personas con poder económico, quienes se aprovechan de las desigualdades económicas y sociales pagando grandes sumas de dinero a cambio de unos cuantos disparos.

En fin, muchas preguntas al aire y posiblemente sin respuestas.
Nos encontramos anonadados, sin ningún detalle de lo que pasó… Como jóvenes nos cuestionamos mucho acerca del país en el que estamos viviendo y aparentemente construyendo, con un panorama desalentador, Colombia un país que tiene memoria y no repetición; ésta en una situación crítica, la inseguridad, las explosiones en el suroccidente del país que son noticia, el miedo, la incertidumbre, los discursos de odio, los asesinatos y la falta de oportunidades laborales, nos dejan en un panorama gris, sin un liderazgo polìtico que nos dé una solución , porque durante décadas en el país ha existido el miedo de vivir, vivir con libertad sin pensar en que todo tiempo pasado fue mejor, vivir sin miedo a la muerte y con derecho a soñar.
