Fútbol sudamericano: La originalidad consiste en volver al origen  

La frase que subtitula este artículo es del artista español Antoni Gaudí y me pareció interesante hacer un analogía con ella y el fútbol nuestro o mejor dicho nuestro fútbol, el sudamericano. 

Cuando ya falta cada vez menos para que otra cita mundialista se haga en este continente es bueno preguntarse ¿Dónde está hoy el fútbol nuestro? Y cuando uno habla de fútbol quiere resumirse al juego y al recurso humano que lo ejecuta. Puedo empezar diciendo que el campeón es nuestro. Argentina es el rey actual del fútbol mundial a nivel selecciones y defenderá en el próximo mundial dicho logro. 

¿Pero cuántos de esos jugadores que levantaron el trofeo en Qatar juegan en Sudamérica? O mejor cambiemos la pregunta ¿Cuántos de esos jugadores no juegan en América? La respuesta es fácil el 90 %. Esto nos lleva directamente a un gran debate que puede tener diferentes disparadores.

Lo primero que debemos pensar es porque esos jugadores de elite que nacieron y se criaron futbolísticamente en Argentina (salvo Messi que a los 12 años partió rumbo a España) no pueden seguir jugando en su liga de origen.

El factor económico tal vez sea lo primero que se viene a la mente y también con eso ocultaríamos lo que otras ligas le pueden dar a esos jugadores más allá de lo económico y es la competitividad que está por encima de muchas de nuestras ligas, y esto no tiene que ver con lo reñida que son las ligas sino en el nivel que esa paridad se da, además de una mejor infraestructura, organización entre otras cosas. A esto le debemos sumar que a nivel juvenil también Sudamérica sigue siendo con sus selecciones de temer. 

Entonces donde se produce la desconexión. Nuestra materia prima sigue siendo buena pero hoy solo es exportable ya que el hincha de cualquier club de estas latitudes puede disfrutar poco de esos grandes jugadores que se marchan cuando todavía son promesas pero ya hacen vibrar las tribunas con su talento. El caudal de talento no se apaga y acá me quiero detener ¡Cuidado! Ese caudal no se acaba porque tiene un origen que es nuestra historia, esa que habla de Pedro Cea goleador de Uruguay en 1930, Arsenio Erico, Distefano la saeta rubia, Pelé, Kempes, Maradona, Messi, el pibe Valderrama, Teófilo Cubillas, Elías Figueroa, el diablo Etcheverry, Alex Aguinaga, Salomón Rondón por nombrar a referentes de sus selecciones y países pero además colectivamente no solo ha logrado campeonatos mundiales de la mano de Argentina, Brasil y Uruguay (los primeros) sino que también ha dejado enormes equipos que viven en la memoria de todos los futboleros.

Por eso nunca debemos olvidar que fue lo que nos trajo hasta acá y el motivo por el que hoy el jugador sudamericano sea una marca registrada en el mundo. Como bien escrinia Hegel “Lo que es superado debe ser conservado, superar no es olvidar, no es destruir, es integrar ya que se pasa de un nivel a un meta nivel pero todo lo que queda englobado sigue presente.” Hay una anécdota muy rica que cuenta Claudio “bichi” Borghi cuando llego al Milán de Italia allá por el año 87 después de der campeón mundial y en su primer entrenamiento Fabio Capello  ayudante de campo del mítico Arrigo Sachi le dijo: Yo sí que no los entiendo a ustedes los sudamericanos que buscan parecerse a nosotros cuando nosotros lo único que queremos es parecernos a ustedes.

 ¿Esto sigue siendo así? O hemos cometido el error de ya parecernos a ellos y ellos (Lamine Yamal entre otros) el acierto de parecerse a nosotros?  En un fútbol donde cada vez vemos menos gambeteadores y más pasadores, más pragmáticos y menos aventureros, más efectistas que artistas podemos decir que esa profecía de Capello puede haber llegado en parte a realizarse. La cosa es que los jugadores siguen saliendo y será importante que los que los forman no los deformen tratando de llevar a cabo metodologías de entrenamiento que atenten contra la naturaleza del jugador de acá para que pueda venderse allá. 

Si precisamente se lo llevan de acá por esa historia que nos identifica entonces para que cambiarla. Este mundial repartido en varias sedes pero teniendo como principal país a Estados Unidos también nos deja ver algo y es que por más que se viene invirtiendo muchísimo dinero durante décadas el fútbol norteamericano no despega. Desde los años 70 la incipiente liga en esos momentos llevo nombres rutilantes para acaparar la atención, Pelé y Beckenabauer en el Cosmos iniciaron el camino que siguieron nombres más recientes como Beckham, Ibrahimovic y en la actualidad Busquets, Jordi Alba, Luis Suarez y nada más y nada menos que Lionel Messi que sin embargo y con un mundial en la década del 90 que supuestamente iba a generar la gran pasión, no pudieron todavía realizar un cambio trascendente en la cultura deportiva del país que tiene al fútbol americano y al beisbol como estandartes seguidos por el Basquetbol, deportes estos que lideran la elección del nativo y además económicamente mucho más redituables para las empresas patrocinadoras. 

Cosas de la vida, en un país donde la infraestructura abunda y a través de un agresivo plan de marketing se trata desde hace varios años de instalar al fútbol, falta lo que acá en Sudamérica sobra “El talento” futbolístico. Y la pregunta que me sobrevuela es ¿Si Messi hubiera nacido en Estados Unidos hubiera sido el futbolista que fue y es? Edgar Morín en conversaciones con Boris Cyrulnik dice que gracias a los avances de la biología podemos controlar nuestros genes, sabemos que son nuestras experiencias y nuestras culturas las que permiten la expresión de unos genes o la inhibición de otros por esto podemos  decir que la historia de Estados Unidos y el fútbol no depende solo de la infraestructura y el dinero que se invierte en otras cosas que lo puedan potenciar. 

Sino del entorno cultural al que en este caso los niños están inmersos y no ha si las niñas donde este país es potencia hace muchos años ya que su selección femenina es históricamente de las mejores del mundo. 

Ahí tendríamos que hablar de temas mucho más profundos que solo reduciré en un solo comentario: En fútbol femenino es en Estados Unidos potencia mundial y no ha si en el masculino en cambio en Argentina el fútbol masculino es potencia mundial y no ha si el femenino. Dicho esto quedara por ver si Argentina en diez años puede ser potencia también en fútbol femenino una vez que su liga se haya desarrollado y esas niñas pequeñas que hoy tienen 8 años y ya juegan a la pelota lo hagan continuamente y con una buena formación porque se ha dado un cambio cultural y por ende una forma de manejar los genes. Estados Unidos se juega una de las últimas cartas para inyectar una pasión que hoy solo es sostenida por los inmigrantes que llevan el fútbol en la sangre y contagian a muchos nativos que los miran como no pudiendo entender porque sufren tanto con ese juego.

Quiero cerrar este artículo recordando el valor del origen, de nuestro origen ese que nos ha llevado a donde nos llevó, ese futbol desfachatado, rebelde,  revolucionario de pequeños llenos de sueños y gambetas endiabladas. Ese fútbol de playa brasilero, de potrero argentino, de garra uruguaya, de firmeza paraguaya, de salsa peruana, de vallenato colombiano, de coraje chileno, del altiplano boliviano, del caribe venezolano y la vivacidad ecuatoriana. Sigamos siendo originales respetando y volviendo siempre a nuestro origen.

Diego Hernán Fernández

Futbolista profesional durante 20 años en Argentina y Perú. Director Tecnico profesional de fútbol con experiencia en Argentina y Colombia

Licencia PRO Conmebol N°419 Docente de entrenadores en ATFA Argentina y EDT Argentina. Escritor de los libros “El intelecto y 10 más” años 2021 y “El método Wilson” año 2024

Comunicadora social y periodista de la Universidad Javeriana, con experiencia en medios internacionales, reside en Madrid España, ha trabajado para importantes cadenas de Canadá y de Inglaterra.

Investigadora, experta en comunicación política y de gobierno.

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